Es esta una ruta para repetir en distintas épocas del año y quizá el verano sea la menos recomendable si queremos ver la cascada en todo su esplendor.
En esta ocasión elegimos el otoño, estamos en octubre del 2016 y nos acompañan Maite y Fernando.
El recorrido es de 12 km, sin gran dificultad y 250 m de desnivel. Tardamos unas 4 h.
Partimos desde Madrid hacia el Valle de El Paular, en dirección Rascafría.
Llegados a la altura del Monasterio de El Paular, decidimos aparcar allí. Cruzamos la carretera y enfrente, un poco más atrás, encontramos el acceso que nos conduce hasta el Puente del Perdón, que nos permite cruzar el río Lozoya.
Estamos en octubre, pero tarda el otoño en mostrarnos su colorido.
Atravesamos las piscinas naturales de Las Presillas.
Y aquí comienza el sendero que nos guiará hasta la cascada.
La mano en el cielo.
Vistas a Peñalara.
Robles, pinos, avellanos, sauces, nos acompañan a lo largo del recorrido.
El sendero transcurre a lo largo del Arroyo del Aguilón. Fernando y Carlos esperan mientras termino de tomar fotos.
El recorrido es ameno y variado, vamos poco a poco ascendiendo casi sin darnos cuenta.
Rincones idílicos aquí y allá.
¡Qué apetecible poza!
Al fin llegamos a las cascadas del Purgatorio, su salto es de algo más de 10 m. Habrá que volver en primavera, pues seguro que notaremos diferencia en el caudal de agua.
Primer intento de selfie, pero de la cascada ni rastro ¡jaja!
¡Ahora sí! ¿Llegaremos algún día a dominar estas artes? 😅
Pues vista la cascada, nos vamos a buscar un buen sitio para comer el bocata.
Solecito para unos, sombrita para otros, pero cerca del agua. ¡Manos a la obra!
Da un poco de pereza volverse.
Volvemos a pasar por las estupendas piscinas naturales.
Antes de ir a por el coche, decidimos acercarnos al llamado bosque de Finlandia, un precioso rincón al que se accede por un camino que parte a la derecha, antes de llegar de nuevo al puente del Perdón.
Es un rincón de recogimiento, perfecto para disfrutar de un rato de paz, sentarse a soñar o hacer planes… De aquí si que no te marcharías.
Y aquí os dejo, esperando el otoño más avanzado para volver a este precioso lugar.