Seguimos en septiembre de 2018 con nuestras rutas por el pirineo.
Esta vez con una sencilla excursión de 9 km y unos 350 m de desnivel. Aproximadamente unas 3 horas y media en total.
El sendero de hoy nos dejará frente al circo de Barrosa, un espectacular y solitario paraje que nos llena de paz.
Viniendo por la carretera desde Bielsa en dirección Francia y aproximadamente 1 km más allá de la antigua aduana española, accedemos una pista a la izquierda donde podremos dejar el coche e iniciar la ruta desde allí mismo, según las indicaciones del cartel que ya nos indica el valle de Barrosa.
Vamos, el bosque nos espera.
Y no estamos solos.
Aún no tenemos muy claro si nos caerá algo de agua, pues aunque la capa para la lluvia siempre viene con nosotros, no apetece perderse un tranquilo paseo.
Flores no habrá muchas, pero septiembre tiene otros encantos.
Para variar, Carlos me tiene que esperar, pero ya tiene rodaje en esto de mi afición por las cosas pequeñas.
¡Vooooy! Una juntos por cambiar, jaja.
Pero claro, ¡Como para no distraerse!
Continuamos y siguen bajando vacas. Curioso, tanto ellas como nosotros, nos echamos a un lado y el sendero desaprovechado, jeje.
El último repecho antes de llegar a zona llana y a la antesala del circo de Barrosa.
Uf, menuda pinta tiene aquello, apretamos el paso.
Allí asoma el circo de Barrosa, aunque un poco nublado.
Espero que en algún momento las nubes se diluyan y nos permitan disfrutar del circo completo.
De momento, una foto con la Robiñera, 3.003 m al fondo.
Aún con nubes está precioso.
Avanzamos por el senderito que nos va ofreciendo las vistas del circo con el pico Robiñera y La Munia de frente.
Vuelvo a mirar al suelo.
Aún queda alguna florecilla.
El camino es realmente cómodo y con ese espectáculo al frente, apenas si nos damos cuenta de por donde pisamos.
Aquí vemos el circo ya casi completo, a la izquierda asoman los farallones de sierra Liena.
Vamos hacia allá.
Una seta más y nos toca cruzar el río Barrosa, que no baja muy caudaloso ahora en septiembre.
Pues parece que las nubes nos van respetando.
Este paraje es mágico. No hay palabras para describir la paz que se respira aquí.
Continuamos. No sin antes dejar paso dos señoritas que no estaban dispuestas a compartir camino. Bueno, más bien decidimos que no era oportuno compartir ese angosto sendero, jaja.
¡Adiós!
Ahora ya sí, nos apresuramos a disfrutar de pleno de este impresionante lugar.
Allí al fondo está el refugio de Barrosa.
Alguien o algún animalillo tropezó con ella.
Y aquí lo tenemos, el refugio de Barrosa.
Nos han gustado estos farallones de la sierra de Liena, así que nos aposentamos mirando en su dirección para tomar un tentempié.
Bueno, el contraluz y esas nubes no garantizaban las mejores fotos…
Nos dedicamos pues a picotear algo.
Pues nada mal las vistas desde aquí. Vaya lujo. Estamos a 1.770 m de altitud y disfrutando de algunos tres miles.
Mientras Carlos termina de comer, me levanto a hacer algunas fotos por el entorno.
La más feliz.
Hora de la siesta.
Parece que ya ha terminado, así que vamos levantando el campamento.
Aaaay, cómo me cuesta irme de aquí…
Y veo que Carlos sigue admirando el circo. No es para menos.
Acabamos con una ración de setas.
gozandocaminos 