Agosto 2008.
Aquel verano en Pirineos parece que estábamos dispuestos a darle buen uso a nuestras botas de montaña.
La ruta desde Eriste al Refugio de Ángel Orús nos reservaba la sorpresa de un desnivel de entre unos 1.300 y 1.500 m de desnivel y entre 16,68 y 18,7 km. La información varía según las fuentes a las que he tenido acceso.
Estos datos se corresponderían con la ruta iniciada desde el embalse de Eriste, que fue la que hicimos nosotros.
Ajenos, o tal vez no, ya no recuerdo, al detalle de que se puede subir más arriba con el coche hasta el Aparcamiento de La Espigantosa, con el que habríamos superado ya aproximadamente la mitad del desnivel, nos dispusimos a echarnos encima unas nueve horas de caminata.
¡Pues vamos allá!
A paso de tortuga, subiendo la empinada cuesta sofocados y parando con frecuencia hasta que cogimos ritmo. Y sin volver a abrir la boca para quejarnos después de que nos adelantara un joven ciclista al que para nuestra sorpresa y admiración ¡le faltaba una pierna! Nos dejó sin palabras.
Algo más adelante por fortuna un pequeño chorrillo de agua nos refrescó un poco la subida.
Pronto alcanzamos la preciosa Cascada de Espigantosa donde por supuesto tocó otro remojón.
¡Al fin se divisa el Refugio de Ángel Orús!
Un par de fotos más, un par de fotos del entorno y un breve descanso para comer algo.
Vuelta a Eriste, no sin algún calambre que otro, esta vez le tocaba a Carlos.
Llegamos al mirador para saludar a nuestro coche desde arriba. Carlos lo tuvo claro, mañana quiero un paseo en piragua por el embalse de Eriste. Y así lo hizo.
El camino me dejó múltiples posibilidades para recrear la vista y hacer fotos.
Y doblemente satisfechos al llegar abajo por no haber subido con el coche al descubrir este cartel 🙂
gozandocaminos 